Es casi imposible no caer en sus redes, ¿verdad? No podemos negar que al final todo lo que ofrecen resulta muy tentador: su universo de información ilimitada, challenges, bailes imposibles, salseos… o los videos más graciosos.
Todo está dispuesto para tenerte pegado a la pantalla cuanto más tiempo mejor y realmente es que las marcas, también presentes en estas redes, buscan toda la información posible sobre tus hábitos de comportamiento y consumo. Por eso, cuanto más tiempo pasen en contacto contigo, más te conocerán.
A ver, no es que estemos con el hater subido, sabemos las ventajas que aporta toda esta nueva tecnología en nuestra vida. Sin ir más lejos, a raíz de la pandemia, hemos aprendido que podemos estar muy cerca de personas que están a kilómetros de distancia, gracias a las redes sociales y otras apps.
Entonces, ¿dónde está el problema? Pues como todo, en encontrar la justa medida. Primero, para entrar bien en contexto, digamos que la adicción tecnológica está considerada como una de las adicciones de la conducta humana.
Dicho esto, definamos lo que es una adicción conductual con un ejemplo: ¿sabes esa necesidad incontrolable de mirar el móvil para ver si hay algo nuevo que te estás perdiendo en tu Instagram? o ¿te has olvidado el móvil y has sentido realmente ansiedad?
Si te sientes identificad@ con estas situaciones que acabamos de describir y, ante ellas eres incapaz de controlar ese impulso de coger tu móvil, quizás deberías poner un poco de espacio entre las redes sociales y tú. No debes permitir que el móvil, y más en concreto las redes sociales, condicionen tu vida, ya que a la larga puede ser perjudicial para tu salud.
¿Quieres hacerte un autoanálisis de tu nivel de dependencia? Analiza estos comportamientos llevados a tu caso concreto:
- Te despiertas y lo primero que haces, con la legaña todavía en el ojo, es consultar tus redes sociales y las novedades.
- Revisas con mucha (demasiada) frecuencia tus redes para ver todo lo que publican tus seguidores o buscar un feedback positivo a tus últimas publicaciones. Aquí lanzamos una pregunta: ¿te frustras si no consigues esa notoriedad?
- Tienes la necesidad de fotografiar y publicar
Si tienes un tres de tres, es hora de aceptar unos consejos que te hagan disfrutar de las redes sociales de una forma sana y, sobre todo, ¡No prioritaria en tu vida!
- Apaga el móvil por las noches. No hay nada peor que el teléfono al lado de la cama con las notificaciones activadas o en modo vibración. ¡Respeta la calidad de tu sueño!
También estaría bien que usases otro modo para levantarte de la cama. ¿Por qué? Bueno, que nuestra primera interacción con el mundo sea un bombardeo de notificaciones nada más abrir los ojos, no es la manera más tranquila y sosegada para empezar el día con energía.
- Disfruta (de verdad) los momentos en compañía. Por ejemplo, si estás en una comida con amigos, no estés tan pendiente de ver lo que se comenta en redes a la foto foodie que has subido de tu plato de comida y aprovecha para disfrutar de la conversación con tus colegas (probablemente te aporte mucho más). Además, ser dueño de la situación, y que no te condicione lo que se esté opinando de tu contenido en redes, te devolverá una grata sensación de libertad y autenticidad.
Al final, la gran mayoría hemos desaprovechado en alguna (o muchas) ocasiones encuentros sociales, por bajar el cuello y prestar más atención a banalidades que, honestamente, no nos van a cambiar la vida.
Levanta la cabeza, observa lo que te rodea y vive intensamente. Porque eso sí será una experiencia 100% real.