Hay un refrán que dice “No hay en la vida nada como la pena de ser ciego en Granada”. Y es que Granada es una de las ciudades más bellas y visitadas de Andalucía. Por algo será, ¿no?
Empezamos nuestro viaje en el monumento más emblemático de la ciudad: la Alhambra, una antigua ciudad andalusí formada por una fortaleza y un conjunto de jardines y palacios, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1984. El Generalife, los Palacios Nazaríes, el Patio de los Leones o el Palacio de Carlos V son algunos de sus imprescindibles.
Frente a la Alhambra, se encuentra el barrio del Sacromonte, de calles laberínticas y cuevas pintadas por sus propios vecinos. Si quieres disfrutar de un espectáculo de flamenco, ¡este es tu sitio! Y ya que estás por los alrededores, te recomendamos que visites el Bañuelo, un antiguo baño árabe y todo un lujo para la vista.
Pero dejamos atrás la Alhambra y nos vamos al centro a reponer fuerzas en alguna terraza. Comer en Granada es baratísimo y las tapas suelen ser muy generosas. Ya en el corazón de la ciudad, encontrarás la Catedral y la Capilla Real, donde se encuentran los féretros de los Reyes Católicos.
De allí nos dirigimos a Puerta de Elvira, el que fuera el principal acceso a la ciudad durante la dominación islámica, y al Paseo de los Tristes. Que no te engañe el nombre, es una de las calles más bonitas de Granada, llena de bares y terracitas que bordean el río Darro.
Pero si quieres disfrutar de unas buenas vistas de la ciudad, te recomendamos el Mirador de San Nicolás, en el barrio del Albaicín. Desde ahí arriba, podrás ver la Alhambra, el Generalife y Sierra Nevada. ¡La foto es obligatoria!
Estos son solo algunos de los puntos de interés turístico de la ciudad, pero parte del encanto de Granada son sus calles y su gente. Por eso, lo ideal es que te alojes en algún hotel del centro, como el Hotel Confort Dauro 2 o el Hostal Atenas.
¿Nos vamos de viaje?