Nuestro viaje por Berna empieza con un paseo por el Jardín de Rosas (Rosengarten), un parque situado en la zona alta de la ciudad desde el que podrás disfrutar de unas magníficas vistas. Pero si quieres flipar con una buena panorámica, ya estás tardando en subir a la Catedral: más de 100 metros de altura y 334 escalones te separan de lo más alto de la torre pero, créenos, la caminata merece la pena.
La Catedral se encuentra en el centro histórico de Berna, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, así que puedes seguir tu recorrido por aquí. Allí encontrarás el Parque de los Osos (Bären Park), uno de los símbolos de la ciudad, así como la Torre del reloj (Zytglogge). Y aquí va un consejo: haz honor a la puntualidad suiza e intenta llegar antes de las horas en punto para ver en movimiento las figuras de su reloj. ¡Mantiene el mismo mecanismo desde 1530!
Lo mejor de visitar Berna en verano es el ambiente que encontrarás en las calles. Lejos del aspecto gris y sombrío de los meses de invierno, en esta época del año, sus calles se llenan de gente paseando o tomando algo en alguna de sus terrazas. La cerveza, el chocolate y el queso, son algunos de los ingredientes más típicos de su gastronomía; una gastronomía que tiene influencias de las cocinas francesa, italiana y alemana. De ahí que una de sus recetas más tradicionales sea el Berner Platte, un guiso de diferentes tipos de carne y chucrut.
Y después de comer, ¿qué tal si nos vamos de compras? Ahí, sin tener que moverte del centro, se encuentra Kramgasse, una de las avenidas comerciales más largas de Europa: ¡hasta 6 km de paseo! No tienes que recorrerla toda, puedes pararte a mirar los escaparates, hacer una visita a la que fuera la casa de Albert Heinstein y, de vez en cuando, callejear por los alrededores. Así es como encontrarás el Parlamento (Bundeshaus), el Café Federal o el Zentrum Paul Klee, el museo del famoso pintor suizo y la cara más moderna de la ciudad.
Berna no se caracteriza por ser una ciudad especialmente barata pero, aun así, existen opciones económicas para poder alojarte, como el City Hotel Metropole o el Sorell Hotel Arabelle.
Así que, este verano, ¡elige un destino europeo!