No podemos negar lo innegable y es que; ¿quién no se ve bien con esos filtritos que nos quitan imperfecciones? o los que nos dan volumen a los labios, nos afinan la cara e, incluso, nos maquillan. Tod@s hemos retocado en alguna ocasión (o en muchas…) las fotos que subimos a nuestras redes sociales, buscando proyectar nuestra mejor versión. Pero esta práctica, aparentemente inofensiva, puede resultar peligrosa; y es que vernos en esa versión tan “mejorada” puede generar rechazo o frustración con nuestra imagen natural al mirarnos en el espejo, sin filtros. Esto ya está haciendo, a día de hoy, que algunas personas se obsesionen por ser ese “alguien” que no son en realidad. Es más, los expertos ya le han puesto nombre y apellidos a esta obsesión: Dismorfia del Selfi.
Consiste en un trastorno de salud mental por el que la persona se obsesiona por corregir los defectos físicos que percibe de sí misma. Normalmente las personas que sufren este trastorno acaban invirtiendo gran parte de su tiempo, y dinero, en tratamientos y cirugías para cambiar todo aquello que no les gusta de su propia imagen.
Varios estudios apuntan que existe una relación directa entre las redes sociales y sus “engañosos” filtros con este tipo de trastornos, y es que, al final, caer en el; “Ojalá fuera como me veo en esta foto”, es casi inevitable. Pasamos muchas horas pegados a nuestras pantallas, sacándonos selfies y “abusando” de los famosos filtros beauty. Al final, le damos demasiada importancia a la imagen que mostramos en nuestras redes sociales; incluso más que a la que transmitimos en la realidad. Y tenemos que dejar clara una cosa: ¡Instagram no es la realidad!
Pero volviendo a la dismorfia del selfie y, más en concreto, a su relación con las intervenciones de cirugía estética, existe un dato muy significativo y es que, hasta hace unos años, las personas que acudían a las clínicas estéticas para mejorar algún rasgo de su imagen, solían hacerlo con modelos de referencia que, normalmente, eran personajes famosos: me gustaría tener la nariz de… o quiero los labios como….; Sin embargo, en los últimos años, muchas personas de las que acuden a estas clínicas, lo que desean es parecerse a su mejor selfie.
Sabemos que cada época marca unos cánones estéticos y, en estos tiempos que nos ha tocado vivir, está claro que el peso de las redes sociales es muy importante. No entrar en lo establecido por la “mayoría” puede resultar, para muchos, emocionalmente frustrante. Por eso, es fundamental para nuestra salud mental trabajar en el amor propio; porque lo más importante es aprender a respetarnos y querernos tal y como somos.
Desde Joven IN, abogamos por el maravilloso movimiento “Body Positive” y la implacable necesidad de no juzgarnos constantemente. No importa si es por flac@, por gord@ o por operad@. Al final parece que todos estamos destinados a recibir una aprobación sobre nuestra imagen y debemos luchar para que esto no sea así. Por eso, os animamos a que os mostréis sin filtros en las redes: lo que veis es lo que hay. A quien le guste, bien, y a quien no, también. Porque la realidad sin filtros existe y es preciosa.
Y hablando de apps, pero en este caso de una que no necesita ningún filtro, te presentamos Ruralvia Móvil para facilitarte un poquito más la vida, con nuestra banca online: transferencias, consulta de movimientos, recarga de saldo en tarjeta… ¡todo lo que necesitas de un banco, en tu mano!