¿Quieres conseguir todo lo que te propones? ¿Hay algo que deseas con toda tu alma pero se encuentra cada vez más lejos? ¡Prueba a convertirlo en un objetivo SMART!
Las empresas buscan métodos para que sus empleados sean más eficientes y para que, en último término, la empresa consiga sus objetivos. En muchos casos, la organización de la plantilla es compleja y manejan presupuestos enormes, así que es imprescindible trabajar basándose en un sistema que dirija a toda la plantilla a los mismos objetivos. Aunque los objetivos SMART se crearon para las empresas, su método se puede aplicar a los deseos personales.
¿Pero por qué se llaman SMART?
SMART son siglas que provienen del inglés. La palabra smart significa, literalmente, inteligente. Sin embargo, los objetivos SMART dan un significado a cada una de las letras. En otras palabras, es una forma de recordar cómo llevar a cabo el método. SMART significa:
- Specific (específico): tiene que ser simple, claro, unívoco; no puede haber dos o más opciones; tienes que saber lo que quieres conseguir.
- Measurable (medible): se debe medir de alguna forma el progreso en la consecución del objetivo; es decir, saber si estás avanzando y acercándote a tu objetivo.
- Attainable (alcanzable, asequible): tiene que ser un objetivo realista; no se aprende un idioma en dos semanas (por mucho que algunas academias lo prometan). Por otra parte, tienes que conocer tus propias capacidades y las de las personas que te pueden ayudar, así como los conocimientos y herramientas con los que cuentas para lograrlo.
- Relevant (realista, relevante, pertinente): lo que deseas tiene que aportarte algo, no ser un mero capricho; puedes mejorar tus conocimientos con un curso o abrir la mente con un viaje diferente.
- Time-Bound (fecha límite): no solo en tiempo, sino también en presupuesto.
No nos engañemos. Para conseguir muchas de las cosas que queremos, necesitamos dinero. Vamos a ver un ejemplo práctico de un objetivo que podrías querer.
Un viaje
¿A dónde quieres ir de vacaciones? Planéalo con tiempo y convierte el viaje en un objetivo SMART.
- Specific: lo primero es saber dónde quieres ir. No es lo mismo un viaje de una semana a Soria que pasar un mes recorriendo Asia. Elige tu destino.
- Measurable: ¿cuánto dinero vas a necesitar? Piensa en los billetes de avión o tren o en la gasolina, el alojamiento, la comida y la bebida, los gastos en museos, transporte local y añade algo para gastos extra que no has previsto. Después, piensa cuánto puedes ahorrar a la semana o al mes.
- Attainable: un objetivo inalcanzable puede frustrar mucho; quizá tengas que dejar el safari en África para otro año. Claro que también puede ser un objetivo a largo plazo y prefieras quedarte un par de años sin vacaciones para hacer ese safari soñado.
- Relevant: ¿por qué quieres viajar a ese lugar?, ¿qué te va a aportar?, ¿qué quieres ver o hacer allí?
- Time-Bound: ¿te vas a ir en Semana Santa, el verano que viene, dentro de cinco años?
Después de pensar en todo lo anterior, trata de resumirlo en una frase. Por ejemplo:
- Quiero ir a Cádiz el próximo verano, porque tengo playa y copas por la noche y se conoce a gente, y puedo ahorrar 100 euros cada mes.
- Quiero ir a la India dentro de un par de años, me va a aportar un modo diferente de ver la vida y quiero conocer otras culturas, y puedo ahorrar 200 euros cada mes durante dos años.
Puedes aplicar este método de objetivos SMART para lo que desees: estudiar, comprarte un móvil o un coche, independizarte… Una vez que lo tengas claro, nosotros te ayudaremos a ahorrar con el Plan de Ahorro Fácil de Joven In.