En los últimos años, ha ido incrementando más y más la preocupación por buscar alternativas más sostenibles para nuestros hábitos de consumo y actividades como consecuencia a estos dos motivos principales: los efectos negativos del cambio climático que hemos estado notando y la disminución de recursos naturales.
Seguramente hayas escuchado hablar más de una vez sobre “economía circular”, “economía verde” o incluso “finanzas sostenibles”. El objetivo principal de estos modelos de economía es producir y consumir de una forma responsable y perjudicando lo menos posible al planeta.
Hoy hablaremos de la economía azul, una iniciativa muy interesante de la que todos deberíamos estar al tanto para entender ciertos aspectos y así ayudar al funcionamiento del planeta.
Gunter Pauli: La Economía Azul
En 2010, el economista belga Gunter Pauli hizo trending topic a una nueva iniciativa: la economía azul. Y lo hizo después de publicar el libro The Blue Economy, en el que, además de explicar el concepto de este modelo, propuso cerca de 100 opciones diferentes para elaborar productos de una forma sostenible.
Os ponemos en contexto: la idea principal de Gunter Pauli es desarrollar procesos productivos que imiten el funcionamiento de la naturaleza, es decir, que se aprovechen al máximo los recursos utilizados, que los se generen los mínimos residuos posibles o, que, en caso de producirlos, se transformen en materias primas para crear nuevos productos. Vamos, lo que viene siendo algo parecido a la conocida regla de las tres erres: reducir, reutilizar y reciclar, con el fin de conseguir un planeta más sano.
Los principios de la economía azul
Para entender mejor de qué se trata y cómo funciona la economía azul, es necesario conocer los principios más importantes en los que se basa, que, como ya hemos mencionado, están inspirados en los ecosistemas naturales.
Consumir localmente
Cuando pensamos en la forma en la que se alimentan los animales salvajes o que viven en libertad nos imaginamos a un león cazando en los alrededores de su hábitat o a una oveja pastando en el prado más cercano.
La economía azul busca algo muy parecido, que la sociedad consuma dependiendo de los recursos naturales que tiene más cerca a su disposición, sin necesidad de depender de métodos de producción intensiva de alimentos en otras zonas que requieren grandes cadenas logísticas o medios de transporte que emiten gases de efecto invernadero y provocan importantes efectos negativos para nuestro ecosistema.
Reutilizar los recursos naturales y residuos
Otro de los objetivos es que no existan desperdicios ni basura. Generar biocombustibles o materiales como los bioplásticos a partir de desechos vegetales, como lo son las bolsas que actualmente utilizan algunos supermercados, son algunas alternativas.
Te ponemos un ejemplo para entenderlo mejor: en la naturaleza hay animales que se alimentan de frutas, pero desechan las cáscaras y restos, que, a su vez, son aprovechadas por otros animales como parte de su dieta o que se descomponen y sirven como nutrientes para el suelo al ser degradables.
Asimismo, para la economía azul los residuos son considerados una fuente de riqueza, por lo que los materiales que resultan de un proceso productivo se pueden reutilizar en otro ciclo como materia prima.
Producir lo justo y necesario
Algunas preguntas clave para la economía azul y que debemos hacernos, tanto como productor como consumidor son: ¿Es imprescindible? ¿Es necesario? ¿Podemos reemplazarlo por otro producto o materia prima?
La economía azul fomenta una mayor conciencia que puede significar un menor uso de los recursos naturales y, en consecuencia, también una menor cantidad de residuos.
Así, conseguimos un consumo más eficiente y enfocado en cubrir las necesidades más básicas, renunciando a una producción excesiva y poniéndonos del lado de la naturaleza y no contra ella.
La economía azul relacionada con los océanos
Cuando leíste economía azul por primera vez estabas casi segur@ de que estaba relacionada con el mar, ¿verdad?
Es bastante común que las actividades productivas desarrolladas en los océanos (o que tengan relación con estos) se conozcan como economía azul, aunque su enfoque sea algo distinto al que hemos explicado anteriormente.
En este caso, se trata de que los sectores económicos que llevan a cabo su actividad en los mares, océanos y costas, tanto pesca, minería, producción de energía, transporte marítimo o turismo, entre otras, reduzcan su impacto negativo en el medioambiente y se transforman en alternativas sostenibles.