Se que os va a sonar a excusa, pero es cierto (o eso parece). Gastar tiene una explicación sentimental y emocional que va más allá del mero hecho de gastar porque si.
Un estudio realizado por una empresa británica ha demostrado que existe correlación entre nuestro estado anímico y el comportamiento de compra. O en otras palabras, que cuando estamos de bajón, o más aburridos que una ostra… ¡terminamos comprando! Bien porque nos anima o porque nos da una inyección extra de dopamina, el caso es que hay determinados estados de ánimo que nos arrojan a la compra sin miramientos.
Demostrado. Las compras son placenteras
Para llevar a cabo el estudio, cogieron una muestra de 500 personas, a las que dividieron en distintos grupos según su estado anímico (tristes, felices, aburridos, estresados y el grupo de control).
Tras los experimentos descubrieron cosas interesantes:
- Que la felicidad no es un incitador de la compra.
- Que la tristeza, el estrés y el aburrimiento sí modificaban el comportamiento de gasto.
Esto nos lleva a pensar, de forma acertada, que cuando estamos mal buscamos sentirnos mejor a través de las compras. De ahí nuestra necesidad de coger alguna de nuestras tarjetas Joven In y hacer que eche humo.
Si no dispones de tarjeta, podemos ayudarte con las tarjetas JovenIn que ponemos a tu disposición.. Para que puedas utilizarla siempre que tu estado de ánimo lo necesite.
El responsable, nuestro sistema de recompensa
Pero esto, el hecho de sacar nuestra tarjeta a pasear, y buscar refugio en las compras, también tiene su explicación, porque no sería posible sin la inestimable colaboración de nuestro sistema de recompensa.
En el cerebro, tenemos un circuito que se activa ante las cosas que nos generan placer. Una estructura que forma parte del encéfalo y actúa bajo los efectos de dos neurotransmisores muy conocidos: la serotonina y la dopamina.
Se las conoce como las hormonas de la felicidad y son las encargadas de decirnos que nos gusta un pantalón y generar la necesidad de comprarlo. De hacernos pensar que merecemos una recompensar y justificar así nuestra compra, haciéndonos sentir mejor. Y es que, está demostrado que cuando vamos de compras nuestra autoestima sube ¡en torno a un 17%!
Así que, a partir de ahora, cuando tu tarjeta te avise de que estás comprando más de lo habitual… ¡Ya tienes a quién echarle la culpa!
Y si resulta que últimamente estas hormonas andan haciendo de las suyas… ¡te ayudamos a calmarlas! Con las tarjetas que Joven In pone a tu disposición, como la tarjeta de crédito JovenIn podrás comprar hasta que tu sistema de recompensa esté satisfecho. Y siempre de forma segura y con la garantía que te ofrece JovenIn.