¿Has escuchado hablar alguna vez de la hormona de la felicidad o, lo que es lo mismo, la dopamina? Si la respuesta es no, o te suena menos que el autor del último examen de filosofía que hiciste, es fundamental que leas esto.
Si nos ponemos técnicos, la dopamina es un neurotransmisor que está presente en distintas áreas de nuestro cerebro, por lo que controla nuestras respuestas motoras y emocionales, ¡vamos, que condiciona cómo nos encontramos en cada momento!
Y claro, el tema es que los niveles de dopamina no se mantienen siempre constantes. Por ejemplo, en la adolescencia, cuando somos más incontrolables, impulsivos y vives esos amores que te mueven hasta los intestinos, nuestros niveles de dopamina están ON TOP amigxs.
Es durante esta época (tan difícil como divertida) cuando liberamos mayor cantidad de ella. Pero si esa etapa ya te queda lejos, no te asustes, que seguro te mantienes en los niveles básicos, pero vas a tener que currarte un poco más que la dopamina corra por tu cuerpo serrano.
¿Por qué vamos generando menos dopamina cuando nos hacemos mayores? Aparte de porque crecer es la mayor trampa de este planeta, la respuesta es lógica y aplastante: en la edad adulta cuesta más que las cosas nos sorprendan o emocionen y nos vemos obligadxs a buscar nuevos estímulos que nos proporcionen esas emociones fuertes que hemos ido perdiendo por el camino.
Aquí empieza el reto de ser originales en la búsqueda del subidón de dopamina. Don´t worry, hay muchas maneras, sanas y sencillas, que nos pueden ayudar a lograrlo. Estos son solo algunos ejemplos:
- La actividad física es una gran aliada, y más si es esa que te encanta realizar. Solx, en equipo o con amigxs, es bueno para tu cuerpo y tu mente.
- Comparte tus éxitos con la gente que quieres (y que te quiere). ¡Chute de dopamina asegurado!
- Duerme bien; ya sabes, las famosas 7-8 horitas de sueño que lo cambian todo.
- Escucha música; si puede ser tu canción FAV del momento, mejor que mejor.
- Panza llena, corazón contento. Está demostrado que comer sandía, almendras, plátanos, aguacates, lácteos, arándanos, soja o chocolate nos sube unos cuantos peldaños en la escalera de la felicidad.
- Márcate objetivos (realistas); es fundamental en tu día a día. El hecho de ir cumpliéndolos (y tachándolos de tu lista de TO DO), hará que tu hormona de la felicidad te lo agradezca.
- ‘Fall in love!’ Enamorarse siempre es bien y, además, es una muy buena manera de generar dopamina.
- ¡Y cómo no! Practicar tu hobby favorito o, lo que es lo mismo, hacer eso que tanto te gusta, como asistir a un concierto, darte un baño relajante o comer tu comida favorita, hará que tu hormona de la felicidad también se venga arriba.
Y hablando de felicidad, en Joven In tenemos el claro propósito de hacerte la vida (financiera) lo más fácil posible. Por eso, como no queremos que el dinero sea un problema para hacer eso que tanto deseas, con los Préstamos Joven In obtendrás la financiación que necesitas ¡y a derrochar dopamina!