El mundo avanza, los tiempos cambian y nosotrxs con ellos. Y los cambios llegan a todas las esferas de la vida cotidiana, también en la forma de conocer gente, puesto que la manera tradicional de toparnos con gente guay, (y no tan guay) ha quedado un poco atrás o, digámoslo de otra manera, existen alternativas más actuales.
Un ejemplo claro de estas alternativas para conocer gente, es la app de Tinder, que quizás al principio nos generaba algo de desconfianza a la mayoría de nosotrxs, pero ahora son usadas por muchísima gente, sobre todo los más jóvenes. Y es que, si ya era algo que apuntaba maneras, a raíz de la pandemia que estamos viviendo (y que a muchxs nos ha dejado un poco desorientadxs sobre cómo volver al ruedo social y de ligoteo), con apps como Tinder hemos encontrado esa lucecita en forma de fueguito. Lo que ha hecho que este tipo de aplicaciones vivan su momento dorado.
OJO, que aún así siguen existiendo muchos prejuicios sobre que las personas que acuden a apps como Tinder no buscan relaciones serias y estables, sino líos pasajeros. A ver, que eso de que con un simple Match vayas a ir derechitx al altar, pues es complicado, pero por algo habrá que empezar ¿no? Y no deja de ser una opción más para conocer gente que, en muchas ocasiones, no llegaríamos a cruzarnos nunca dentro de nuestro círculo social de universidad, trabajo, amigxs, gym…
¿Y se puede encontrar el “amor de verdad” en estas apps? Pues a ver, de igual forma que sucede en el mundo tradicional y “analógico”, el mundo de las apps de citas está lleno de historias de amor y desamor, de ligues de una noche y, porqué no decirlo, también de amores fallidos, reconvertidos en grandes amistades. Pero es que, además, no podemos echarle la culpa a Tinder de que las cosas no cuajen, porque si algo nos persigue, a nuestra generación, es el estereotipo de que buscamos relaciones fugaces y que rápidamente nos aburrimos y hacemos NEXT! Quizás esto sea porque cada vez tenemos más claro lo que queremos y lo que no. Por eso, a las primeras de cambio que vemos que la otra persona no termina de encajar con nosotrxs, solemos darle boleto. Lo que nunca está de más, amigxs, es darle a la otra persona alguna explicación y no marcarnos un BLOQUEO de esos radicales… que todxs somos libres de elegir con quien estar, pero a nadie le gusta que le hagan ‘ghosting’.
Y volviendo al mundo Tinder, a ver, esto es como todo, cada unx cuenta la historia en función de su propia experiencia; pero está claro que hay de todo: personas que en poco tiempo han encontrado al amor de su vida, personas a las que les cuesta un poquito más, o incluso algunas que nunca dan con su media naranja en este tipo de apps ¡pero qué le vamos a hacer! Y si no, hazte la siguiente pregunta ¿acaso siempre que sales una noche a una discoteca ligas o encuentras al amor de tu vida? Pues chicxs, con Tinder pasa lo mismo. Paciencia y suerte.
Otra cosa importante a tener en cuenta es que los perfiles de personas que acuden a Tinder son muy variados; están aquellxs que acuden para encontrar una pareja estable, porque en su día a día les es complicado y también tenemos el team de lxs que solo quieren pasar un buen rato o buscan algo ocasional, aunque nunca se sabe cómo pueden terminar las cosas. Por eso no hay que frustrarse si la persona que te había hecho tilín resulta que no busca lo mismo que tú en ese momento, c’est la vie…
Lo que está claro es que no hay que tenerle miedo, ni avergonzarse, por acudir a este tipo de apps para conocer gente, porque forman parte de nuestra vida y hay que verlas con total naturalidad. De hecho, como se suele decir, han llegado para quedarse. Y seguro que si investigas un poco en tu círculo más próximo, más de una y de dos parejas “estables” se han conocido por estas vías tecnológicas.
Y es que las apps, en general, han llegado para hacernos la vida más fácil; como por ejemplo las Apps de Joven In, con las que podrás pagar con el móvil, ya sea en una cita o en cualquier otra ocasión, o tener tus finanzas bien controladas y organizadas.
Pues nada amigxs, fuera prejuicios ¡y a darle al fueguito!