Por supuesto esta no es de las cosas más duras a las que nos hemos tenido que enfrentar en este último año… Pero, ojo, que para muchos estudiantes ha sido un duro golpe que las bibliotecas se cerraran, o ahora con las nuevas normas sobre el aforo, es físicamente imposible encontrar un hueco donde hincar tus codos y concentrarte en el silencio estudiantil.
El ambiente de estudio ha cambiado, trasladándose en la mayoría de los casos a nuestra propia casa… ¿y eso qué supone? Pues que tenemos a alguno de nuestros padres, pareja, herman@s o compañer@s de piso haciendo ruidos alrededor o, directamente, interrumpiéndonos cada dos por tres. Con esto, si hasta ahora nuestras notas no se han visto afectadas, por perder nuestro templo del estudio y cambiarlo por nuestro hogar, sin lugar a dudas es todo un éxito. Si, por el contrario, te encuentras en el grupo de los que su capacidad de concentración es fácil de sabotear, os traemos algunas pautas que te serán de mucha ayuda:
- Marcarse un horario es fundamental. En casa tenemos a los mayores enemigos del estudio: Don Netflix o doña PlayStation. Para evitar estas tentaciones debes marcarte un horario de estudio ¡y cumplirlo! Intenta, en la medida de lo posible, que ese horario encaje con las horas de menor actividad en tu casa, es decir, si por ejemplo por la mañana es cuando hay más silencio… ¡es tu momento!
¿Punto positivo de ser estricto con tu horario? Tu mente, a base de costumbre, estará mucho más receptiva dentro de esas horas y serán, por tanto, horas de estudio mucho más provechosas.
- Podrán quitarnos muchas cosas, pero no nuestro espacio de estudio. Piensa y escoge un sitio donde estés cómodo, que no sea el sofá que nos conocemos y cuando nos queremos dar cuenta estamos con la Switch y ese “ratito” de descanso se convierte en toda la tarde. Cuando decimos un sitio cómodo nos referimos a un sitio sin distracciones, limpio y ordenado, en el que sea fácil mantener la concentración. Elígelo bien porque este compromiso va a ser duradero, no vale que vayas picando de sitio en sitio: la cocina, el salón, el cuarto de tu herman@… procura que tu lugar de estudio sea un sitio en el que, en principio, no tenga que estar entrando gente; lo ideal es que sea tu propia habitación, siempre y cuando dispongas de una mesa de estudio en condiciones.
- Sentirse acompañad@ siempre viene bien. ¿Que no hay hueco en la biblio?, ¿Que está cerrada? Tranqui, que la biblio puede transportarse directamente a tu cuarto. ¿Cómo? ¡Bienvenido al S.XXI! En Twitch se han creado salas online de estudiantes, dónde se habla solo al principio y en los descansos; vamos, como si estuvieras realmente en una biblioteca. Te lo dejamos por aquí: https://www.twitch.tv/saladeestudios
- Dormir, ese placer gratuito… ¡Aquí ni mucho, ni tan poco! Es importante el descanso, y sabemos que, cuando hablamos de exámenes finales, el dormir pasa a un segundo plano, pero no debe ser así. Tu cerebro tiene que estar descansado para seguir rindiendo a tope, con lo cual, no te queda otra que organizarte mejor para respetar las horas de sueño correspondientes, y… ¡ojo con las siestas! que no se te vayan de las manos…
- Levántate, ¡Stop sedentarismo! Ahora que es tan trendy lo de contar pasos… ¿te has parado a pensar lo poco que nos movemos desde que las clases son online? Si ahora te digo que la media debería estar en unos 10.000 pasos diarios, probablemente te sientas como un Dragón de “Cómodo” tirado a la bartola tomando el sol. Vamos poco a poco, por ejemplo, sal a pasear en tus descansos entre tema y tema; además de activar tu cuerpo, te vendrá bien para despejar tu mente.
- Comerte los apuntes… ¡No! Deja de usar tus libros como manteles y tómate tu tiempo para comer. Cambia de estancia de la casa y aprovecha si hay alguien en casa para comer juntos y charlar de cualquier tema random; te distraerá y te dará fuerzas para retomar la siguiente sesión de estudio.
Sigue estos sencillos consejos, sé constante y descubrirás que estudiar en casa, de manera eficiente, es posible y está al alcance de todo ¡es cuestión de proponérselo!