El término STEM es el acrónimo de los términos en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas.
La educación STEM combina estas áreas, creando un método integrador e ilustrativo que facilita el aprendizaje en estas disciplinas desde la propia experiencia; algunos expertos le añaden una “A”, referida al arte. Aún así, la premisa sigue siendo la misma, hacer que los estudiantes aprendan sobre pensamiento crítico, resolución de problemas, creatividad, innovación, investigación, colaboración y liderazgo.
Para entender por qué es tan necesaria la enseñanza de estos campos, es importante profundizar en el papel que ocupan las áreas que lo conforman:
La “S” de ciencia, es un campo que abarca problemas como el calentamiento global, cambio climático o la medicina.
La “T” de tecnología que va desde computadoras hasta la era digital con Inteligencia Artificial y programación.
La “E” de ingeniería abarca infraestructura, diseño de edificios, ciudades y puentes.
Y por último, la “M” de matemáticas abarca campos que van desde la economía, la contabilidad, inversiones e impuestos, analistas…
Este enfoque, requiere el uso de métodos innovadores y alternativos de enseñanza y aprendizaje, como proyectos, prácticas de laboratorio y nuevas tecnologías. La idea es que los educadores trabajen de forma en que las nuevas generaciones lo entiendan como un entretenimiento, mediante el uso de robots y juguetes educativos.
¿Qué beneficios tiene?
El principal beneficio es la adquisición, a temprana edad, de un dominio de herramientas tecnológicas con fines industriales, lo que permitirá una inserción en el mercado laboral más competitiva y especializada.
La filosofía STEM hace que los estudiantes se acostumbren a trabajar en equipo, tomando decisiones conjuntas ante investigaciones, y llevar a cabo colaboraciones e hipótesis. Esto aumentará, de cara a futuro, la creatividad a la hora de enfrentarse y resolver problemas, mejorando el pensamiento crítico del individuo, la autoestima y la capacidad de comunicación.
Es una forma de aprendizaje que aboga por la experimentación en primera persona, lo que mejora la retención, a largo plazo, de los conceptos aprendidos.
Entonces… ¿son todo ventajas?
De momento no. Una de las mayores barreras que se está encontrando esta metodología de educación es la falta de recursos. La financiación, formación y conocimiento, en lo referido a las nuevas tecnologías, es un factor de peso a la hora de poder implementar este modelo educativo con eficacia. Pero quién sabe, seguro que nuestros abuelos no se imaginaban hacer cursos online para formarse.
Aparte de los problemas “logísticos”, la forma de calificar esta aún por resolver, puesto que características como el pensamiento crítico o la habilidad para el manejo de problemas no son fáciles de evaluar numéricamente.
Por el momento, te aconsejamos que sigas un método de estudio que te permita conseguir los mejores resultados, basado en la planificación y organización.
Y a ti, ¿el método STEM te motivaría más a estudiar?