Te invitamos a descubrir los encantos de la geografía española a través de tu paladar, con diferentes experiencias culinarias. Porque queremos que esta Navidad sea lo más sabrosa y dulce posible.
¡Qué mejor para abrir el apetito, que unos ricos entrantes!
El jamón de Jabugo forma parte de muchos menús navideños, pero ¿sabías que este plato es típico de Andalucía? Es un jamón muy conocido por su textura, aroma y sabor singular. Se elabora en la provincia de Huelva, gracias a cerdos de raza ibérica criados en libertad en la dehesa, alimentados a base de bellotas y pastos naturales.
Otro entrante típico son las tostas que completamos, según gustos, con foie, jamón, queso… pero en Asturias tenemos los tortos, unas tortas de maíz sobre las que colocar todo tipo de alimentos. Originalmente se solían hacer a la plancha, sobre las antiguas chapas de carbón, pero en la actualidad se pueden preparar tanto en horno como en freidora.
Si te apetece algo más high class, siempre puedes preparar un cóctel de marisco. Para ello, te recomendamos ¡como no! los mariscos gallegos, con un poco de salsa rosa o mayonesa y tendrás un aperitivo típico de Galicia.
Si te decantas por algo más veggie, puedes preparar unas habas al estilo murciano. Las más típicas son las habas con jamón, pero puedes probar distintas combinaciones, tuneándolas con tus ingredientes favoritos.
Siguiente parada: los principales
Los entrantes están bien para ir abriendo apetito, pero si algo caracteriza a las comidas de Navidad son sus platos principales.
Las carnes nunca fallan. El famoso cochinillo de Segovia, con Marca de Garantía, es una apuesta segura. La forma más tradicional de cocinarlo es colocándolo de espaldas, en el horno, y abriendo su espinazo de un lado a otro. Para servirlo, la tradición es coger un plato para partirlo y sentirte entonces como todo un castellano.
Castilla y León también nos trae el lechazo, uno de los platos más típicos de la zona de Pucela. Es un cordero sin destetar, que se suele cocinar en horno de leña, sobre una cazuela de barro.
De la zona de Aragón proviene el ternasco, un cordero joven muy versátil que permite preparar platos que harán las delicias a los más tradicionales – al horno, con sus inseparables patatas panaderas – y para los más vanguardistas y atrevidos como el ternasco con cuscús o salsa de setas es una apuesta segura.
Si eres más de pescado, tienes la opción de un buen besugo, típico de País Vasco, de sabor suave y con una carne muy tierna. Puedes prepararlo de muchas maneras, pero las más típicas son a la espalda o con patatas panaderas.
Y como postre… ¿algo dulce?
La Navidad es sinónimo de turrones. El turrón alicantino puede ser el broche perfecto para una comida o cena de Navidad. Y más concretamente el turrón de Jijona. Los míticos turrones duro y blando, que nunca pasan de moda, y que terminan de dar el toque navideño a las comidas de estas fiestas.
También tenemos los famosos mantecados y polvorones de La Estepa. Se dieron a conocer gracias a las monjas del convento de Santa Clara, que llevan elaborando dulces desde hace 400 años. Se han popularizado tanto, que forman parte de, prácticamente, todos los menús navideños.
También están los amantes de los mazapanes, un dulce que proviene de Toledo y que mezclan almendras, azúcar, huevos y miel, dando lugar a uno de los productos más famosos de la zona. Este alimento, de origen árabe, data de principios del siglo XIII.
Y para acompañar toda esta comida…
Una auténtica velada navideña no está completa sin una bebida que sea capaz de complementar todos los sabores que tenemos en la mesa. Toma nota de estas ideas y quédate con el que mejor maride con tu menú.
Para acompañar al marisco, os aconsejamos mirar hacia las Rías Baixas. ¿Qué mejor que servir un festín de langostinos y cigalas junto a un Albariño fresco para matizar su sabor?
Las carnes fuertes demandan la compañía de vinos tintos con cuerpo. Las opciones más tradicionales son las denominaciones de origen Rioja y Ribera del Duero como por ejemplo Marqués de Riscal o Protos.
La frescura y ligereza del vino blanco casa a la perfección con los pescados como, por ejemplo, un Rueda. Pero no hay que descartar tampoco los tintos.
Los postres ligeros como la ‘panacotta’ o los turrones almendrados se pueden acompañar con un vino dulce, pero si el postre es contundente, de chocolate, por ejemplo, se verá bien reforzado con un vino tinto.
Para el fin de fiesta no pueden faltar las burbujas. La opción habitual es el cava catalán y, en concreto, la variedad Brut Nature es una opción refrescante para hacer un brindis con los mejores deseos para el próximo año. Pero hay quienes sustituyen las burbujas del cava por las de la sidra asturiana.
Y por último, tenemos las bebidas espirituosas gallegas, como el licor de hierbas o el licor café para cerrar una de las comidas más esperadas del año.
La gastronomía es una de las señas de identidad de las fiestas que se acercan. Las comidas de Navidad son el momento de sacar el chef que todos llevamos dentro y sorprender a los comensales. Puedes preparar desde las recetas más tradicionales hasta comidas alternativas.
Unas Navidades diferentes, como estas, requieren de unos planes diferentes. Puede que la situación actual provocada por la Covid no vaya a propiciar unas fiestas como las que todos desearíamos, pero eso no significa que no se puedan vivir intensamente. En España existe toda una ruta de sabores por las que se puede viajar a través de nuestro paladar. Este es un viaje seguro y delicioso, que puede realizarse fácilmente y sin que ninguna restricción nos afecte.