POR LO GENERAL, DEPENDERÁ DE LO QUE SE QUIERA CONTRATAR
Contratar cualquier producto bancario implica facilitar una serie de datos personales. ¿Es seguro darlos? ¿Es totalmente necesario? ¿Son los mismos para todos los servicios? En este post, vamos a contestar a estas y otras preguntas.
Un banco tiene la obligación de tratar los datos de un cliente de manera lícita y transparente y de protegerlos ante cualquier tipo de robo o pérdida. Por lo tanto, podemos confirmar que tu privacidad se mantendrá intacta.
El usuario, por su parte, deberá asegurarse de que los datos que aporta son correctos y están actualizados. Es totalmente lógico, ya que sirven para identificarle. Nombre y apellidos, domicilio, teléfono y correo electrónico son los más comunes, pero dependerá del tipo de producto o servicio a contratar:
- Cuenta y tarjeta de débito: se solicita la información más básica, como el nombre completo, la fecha de nacimiento y el DNI del solicitante.
- Tarjeta de crédito: a los datos anteriores se suma una justificación de ingresos, la Declaración de la Renta o las últimas tres nóminas.
- Préstamos: requiere, además, otro tipo de información de carácter sensible, como la antigüedad en el puesto de trabajo o el censo como empresario, en el caso de los autónomos.
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